miércoles, 15 de diciembre de 2010

ATASCADO

Hola, Tocados!
Esta entrada la dedico a todos los momentos en que me he atascado hoy. Los momentos en los que me he atascado en el umbral de la puerta de mi casa. Los embarazosos momentos en que me he atascado en cierta conversación, repitiendo la misma frase tres o cuatro veces delante de mis compañeros, intentando no con mucho éxito justificar esa -para ellos- rareza de algún modo.
Esta entrada va dedicada a todos esos momentos. Los momentos en que me quedé atascado en el gimnasio haciendo más repeticiones de las necesarias para evitar acabar la serie de ejercicios en la número seis o los momentos en que me atasqué al sacar la ropa del armario o atarme los cordones, petrificado por alguna obsesión horrible que prefiero no recordar.
Todos esos momentos tienen algo en común la obsesión (y casi siempre el acto compulsivo ligado a ella) pero hay aún algo más profundo. La duda. Y es que como dice Shakespeare: "Nuestras dudas son traidoras y a menudo nos hacen perder las cosas buenas que pudiéramos conseguir". Yo, cada vez que dudo de esa manera, pierdo mucho. Supongo que me entendéis muy bien. Y sabéis exactamente de lo que hablo.
No obstante, me perdono por quedarme "atascado" tantas veces a lo largo del día. Y me siento orgulloso, pues me atasco muuuchas menos veces que antes.
Escuchad: Os propongo algo...: ¿Y si mañana dejamos de dudar tanto sobre todo? ¿Y si mañana dudamos menos y vivimos más?

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